05 septiembre 2014

NUEVAS EXPERIENCIAS PROFESIONALES

Hace tiempo que dejé mi blog en estado catatónico... casi como yo. En agosto del 2013 me quedé en paro y me vi alejada del mundo de la educación social, con todo lo que eso implicaba. Mi mundo dio un vuelco y vi que tenía que empezar de nuevo... fui buscando oportunidades, entidades y proyectos que me aportasen nuevas emociones, nuevos aprendizajes y nuevas experiencias. 

Costó mucho encontrarlo. Huelga decir que en una situación de crisis las ofertas del ámbito social no abundan y sí los candidatos a ocuparlas. En este proceso me he encontrado con personas muy preparadas, muy capaces y muy motivadas; profesionales con mucha y con poca experiencia, con ilusión y miedo, con esperanzas y sueños, con excelentes formaciones y recién salidos de los grados... A todos ellos les dedico este post.

Julio de 2014... el verano (si se puede llamar así al tiempo que ha hecho esta temporada) estaba instaurado y empezaba unas prácticas del Máster en Intervención Criminológica y Victimológica que aproveché para hacer en mi obligado paro. Hacía pocos días que realizaba tareas en la Associació Catalana per la Infància Maltractada (ACIM); aprendía mucho y me sentía de nuevo en el ámbito laboral. Me reconcilié con la profesión y con la rutina diaria de quien tiene a dónde ir cada mañana. En una semana me llamaron de tres entidades citándome a una entrevista y, con una inmensa suerte, me cogieron en dos de ellas. No me lo creía... Pensé que en el último momento alguna de ellas me llamaría para deshacer el compromiso: me preparé para ello lo mejor que pude.

La primera entidad, en la que llevo pocos días, es la Fundació Main, con sede en Sabadell. Trabaja con adolescentes con problemas conductuales que tienen dificultades para integrarse en un instituto. Para mí el colectivo era (y es) nuevo y el funcionamiento algo diferente a lo que estaba acostumbrada. Empecé con temor, con muchos nervios y a la vez con la ilusión de implicarme en un proyecto nuevo. Me encontré con grandes profesionales y con un equipo directivo consciente del trabajo, la implicación y la tarea que teníamos encomendada. 

En la segunda, un Centro Abierto, trabajo con menores entre 5 y 12 años, en tareas de refuerzo escolar y actividades lúdicas. Colectivo también nuevo para mí y con funciones diferentes a las acostumbradas. Niños y niñas que se están formando y adaptando a esta sociedad que cambia de forma vertiginosa y que no suele aportar herramientas suficientes para hacerle frente.

En las dos entidades aprendo cada día, no sólo de los educandos sino sobre todo de mis compañeros. En momentos de crisis económica, de valores y de fundamentos básicos, trabajar en proyectos nuevos, vigorizantes y que te aportan nuevas experiencias y conocimientos adquieren un valor especial.

Y esta experiencia sólo ha hecho que empezar


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