25 septiembre 2011

Cuando la formación es...¿innecesaria?

Recientemente escuché a un compañero que afirmaba, con una rotundidad aplastante, que con el tiempo que hacía que trabajaba como educador social, la formación ya estaba de más. Consideraba que ya no le podrían enseñar nada más utilizando la famosa frase de "está todo inventado". Lo más chocante fue ver que algunos colegas afirmaban con la cabeza, mostrando su conformidad. 

¿Realmente llegado a un punto "A", la formación está de más? Como profesionales de la educación ¿podemos defender esta postura? ¿No se supone que miramos de convencer a nuestros educandos para que se reciclen y así se adapten a las nuevas demandas laborales? En caso que esa declaración de principios fuese cierta, ¿cuándo podemos decir que hemos llegado a ese punto "A"? ¿Hay alguna señal que nos indique ya que tenemos la "batería cargada de conocimientos"?

Desde mi punto de vista, un profesional del ámbito social no puede renunciar nunca al reciclaje continuo, ya que somos agentes sociales que contínuamente debemos adaptarnos a nuestro entorno, una sociedad líquida cambiante a ritmos vertiginosos. ¿Podemos afirmar que los conocimientos aprendidos hace unos años siguen vigentes al 100%, sin modificaciones ni cambios?

Yo, como mínimo, necesito reciclarme, aprender, incorporar herramientas para hacer mi trabajo lo mejor posible.

04 septiembre 2011

La vuelta al "cole" con... sorpresas

Los últimos días nos hemos despertado con noticias preocupantes. Entre ellas el recorte en sanidad y educación... y cómo no, en servicios sociales.

Está claro que las políticas sociales no son prioridad en un momento de importante crisis económica, como si apostar por estos ámbitos fuesen pérdidas económicas y no inversiones. ¿Han valorado los enormes déficits en estado de bienestar a corto plazo y las consecuencias a medio y largo término? ¿Se han parado a pensar que amplios sectores de la población se verán afectados por estos recortes y eso implica empeñar el futuro de jóvenes generaciones?

Por otro lado tenemos la implementación de una nueva normativa en cuestión de extranjería. Otra "apuesta" por el recorte económico a costa de los más desfavorecidos. Además, en el ámbito penitenciario sufriremos de forma especial esta legislación ya que el número de immigrantes es elevado en nuestros centros; ¿han tenido en cuenta que aquellos/as internos/as que vuelvan a sus países (de forma voluntaria o forzosa) deberán estar en los centros hasta una determinada fecha (2/3 o 3/4 partes de la condemna) antes de retornar sin ninguna perspectiva de salida o beneficio? ¿Qué ambiente se respirará en los módulos con un número elevado de internos/as que no tengan nada que perder hagan lo que hagan?

¿Exponemos una consecuecia ya evidente y constatable? El número de internos/as que no han retornado al centro en un permiso de salida. Sabiendo que tarde o temprano sus salidas se verán cortadas y la expulsión será efectiva... ¿para qué volver y cumplir condena? Claro que supongo que eso nadie supo preveerlo.

Es evidente que nuestro trabajo nunca es fácil pero determinadas decisiones, políticas y legislaciones, hacen que se agraven los problemas. ¿Es tan complicado contar con los agentes sociales que estamos al pie del cañón para minimizar los efectos nocivos de estas políticas? ¿Es tan difícil preguntar y valorar las consecuencias que estas decisiones acarrean?

De momento, está siendo peor el remedio que la enfermedad... ojalá el tiempo me quite la razón.